Aprovechamiento de la luz natural
La luz natural Conocemos la luz natural como la luz que proviene del sol, pero también existen otras variedades de fuente natural, como el fuego, los relámpagos, la luna e incluso la bioluminiscencia de algunos animales. En este post hablaremos de la luz natural como la luz proveniente del sol y su aprovechamiento en los edificios. La importancia de la transmisión de la luz natural se debe a la influencia en la salud y bienestar de los seres humanos, así como al ahorro de energía y el apoyo al medioambiente. ¿En qué consiste la trasmisión de la luz? La transmisión de la luz consiste en la optimización de la iluminación al interior del edificio o habitación, a través de los diferentes elementos arquitectónicos. Dependiendo de dichos elementos se aprovechará más o menos las luz natural. Entre dichos elementos, la mayor influencia la encontramos en la posición, dimensión, forma y material de transmisión, aunque hay ocasiones en las que es imposible iluminar por completo y de forma satisfactoria algunas instalaciones y se tendría que apoyar en otros tipos de iluminación. Tipos de comportamiento de la luz Para un buen funcionamiento en la transmisión de la luz natural, hay que conocer cómo se comporta la luz al entrar en contacto con algún material. Existen tres comportamientos básicos: Reflexión: cuando la luz incide sobre un cuerpo opaco se produce este fenómeno. Es decir, la luz rebota al llegar a su superficie y rebota sobre esta. Existen tres tipos de reflexión: Absorción: fenómeno que posee todo tipo de material. En este caso, el material absorbe de manera total o parcial las radiaciones que llegan de la luz. Transmisión: cuando la luz atraviesa una superficie u objeto. Existen tres tipos de transmisión: Estrategias de diseño para una buena transmisión de la luz natural Con un correcto diseño del edificio se da una buena transmisión de la luz, logrando controlar la calidad de la luz ambiental. Entre los parámetros a estudiar para que esto suceda están: Una vez se hayan tenido en cuenta todos los aspectos anteriores con el objetivo de conseguir una buena transmisión de luz natural, hay que centrarse en el siguiente “obstáculo”, el transmisor de la luz por excelencia, la ventana. Además de ser importante a la hora de transmitir la luz también es muy importante a la hora de ventilar el edificio, ya que puede realizar esta función de forma natural. El único impedimento es el confort térmico dado que cuanto más grande es el área de estas aperturas, más pérdidas de calor registra. El tamaño, material y forma de las ventanas, son las propiedades esenciales para cuantificar y calificar la luz del edificio. Los sistemas de iluminación natural se pueden distinguir por el número y organización de las paredes con ventanas, y pueden ser: Por ello, son importantes los parámetros de transmisión luminosa y factor solar de un cristal, para lograr la máxima transmisión de la luz natural y una baja transmisión del calor. Dichos parámetros varían dependiendo del tipo de cristal que se use. Entre ellos distinguimos: Una de los mejores transmisores de luz son los lucernarios, fachadas donde el principal objetivo es dejar pasar la luz solar para invadir los espacios oscuros. Además, la función de estos tipos de fachadas, no solo permite crear espacios abiertos, sino que además permite mantener las zonas cálidas. Así como en casas, este transmisor de luz lo vemos de forma común en naves industriales, centros comerciales, pabellones deportivos, residencias, etc.