FACHADA VENTILADA O TRANSVENTILADA
Qué son, cómo funcionan y ventajas
Qué son, cómo funcionan y ventajas
La fachada ventilada es un sistema constructivo de cerramiento exterior constituido por una hoja interior, una capa aislante y una hoja exterior.
Una fachada ventilada es un cerramiento exterior compuesto por varias capas separadas por una cámara de aire que respira. Este diseño mejora el rendimiento térmico y acústico, protege el muro de la lluvia y estabiliza las condiciones de trabajo de los materiales, lo que alarga su vida útil.
De dentro hacia fuera, el sistema reúne muro soporte, aislamiento térmico continuo, subestructura que crea el hueco de ventilación, cámara de aire con entradas abajo y salidas arriba, revestimiento exterior y remates. La clave está en que el aislamiento queda por el exterior y es continuo, sin puentes térmicos, mientras la cámara evacua humedad y el revestimiento se desacopla del soporte para gestionar mejor la radiación solar y las dilataciones.
El mecanismo se entiende pensando en una chimenea vertical y oculta. El sol calienta el revestimiento, el aire del hueco asciende y succiona aire más fresco desde la parte inferior. Ese movimiento constante seca el cerramiento, disipa calor en verano y equilibra presiones durante episodios de lluvia con viento. En invierno, la mayor parte del ahorro llega por la continuidad del aislamiento y por la reducción de puentes térmicos, y la ventilación mantiene el aislamiento seco y eficaz.
La cámara es el espacio entre aislamiento y revestimiento que permite ese flujo. Debe ser continua en vertical, tener bocas de entrada y salida protegidas con rejillas, mantener una separación calculada y quedar libre de obstrucciones. En edificios con requisitos de seguridad contra incendios se interrumpe en tramos mediante barreras cortafuego, de modo que el aire circule, pero no se propague el fuego.
Cuando se diseña y ejecuta con rigor, la fachada ventilada aporta un conjunto de beneficios que se notan en el uso diario y en el ciclo de vida del edificio. Reduce la demanda energética, sobre todo en verano, estabiliza el soporte frente a cambios bruscos de temperatura y humedad, corta filtraciones impulsadas por el viento y mejora el confort acústico gracias al esquema masa, muelle, masa.
Además, la estética es flexible, con gran amplitud de texturas y formatos, y el mantenimiento se simplifica porque las piezas se pueden sustituir por módulos sin desmontajes extensos.
Conviene reservar la lista para lo que de verdad ayuda a decidir:
El catálogo de soluciones es amplio. Para acabados minerales aparecen cerámica, terracota, porcelánico, piedra natural y superficies sinterizadas, que ofrecen rigidez, estabilidad y un aspecto atemporal. Para soluciones ligeras destacan HPL, fibrocemento y metal en bandejas o cassettes de aluminio, acero o zinc, que permiten modulación precisa y una imagen contemporánea. Existen también paneles de GRC con apariencia mineral y opciones de vidrio o paneles compuestos para fachadas singulares.
La subestructura suele ser de aluminio por equilibrio entre rigidez y peso, con acero inoxidable en zonas de mayor exigencia o en ambientes agresivos.
Se llama ligera a la combinación de subestructura metálica con paneles delgados como HPL, fibrocemento, metal o porcelánico fino. Su gran ventaja es la reducción de cargas, muy útil en rehabilitación, y la rapidez de montaje. A cambio, exige cuidado en el detalle de fijaciones y juntas para evitar vibraciones y ruidos por aleteo. Si se busca más atenuación acústica, se ajusta la composición con membranas o mayores espesores de aislamiento.
El lenguaje visual se define con tres decisiones. Primero, la textura, que puede ser lisa, estriada, ranurada, mate, brillo, metalizada o con veta pétrea o de madera. Segundo, el tipo de junta, abierta con ventilación visible, solapada o microventilada, y sellada en puntos singulares. Tercero, el formato, desde placa grande a listones tipo slat, baldosa modular o cassette. La modulación guía anclajes y encuentros y conviene fijarla pronto para evitar recortes y desperdicios.
Quien busque calidez sin el mantenimiento de la madera natural puede optar por HPL con decor madera, fibrocemento fotolaminado, porcelánicos veteados, metales con film o pintura especial y superficies sinterizadas. Estas soluciones mantienen el tono y el dibujo con buena resistencia a los rayos UV y limpieza sencilla.
La obra empieza con el replanteo y la verificación del soporte. Se fijan anclajes y escuadras, se coloca el aislamiento continuo con sus fijaciones y, cuando procede, una lámina cortaviento transpirable. Después se montan los perfiles, se coloca el revestimiento con el sistema previsto, ya sea grapa vista, grapa oculta, remache o adhesivo estructural, y se rematan arranques, coronaciones, huecos, esquinas y encuentros con cubierta y petos. Antes de dar por concluida la fachada, se revisan alineaciones, planeidad, ventilación de la cámara y continuidad de los remates.
El arranque debe tomar aire desde la base y proteger la entrada con una rejilla antirroedores. La coronación cierra el conjunto, evacúa el agua y permite la salida de aire mediante un perfil de remate con goteo y vierteaguas. En los huecos, un vierteaguas continuo, jambas ventiladas y cortes de capilaridad evitan que el agua retroceda. En esquinas y cambios de material se respetan juntas de dilatación y se emplean piezas de encuentro que controlan el movimiento. Cuando lo exige el proyecto, se añaden barreras cortafuego en la cámara.
La rehabilitación con fachada ventilada permite actualizar la envolvente sin interferir en el interior. Corrige patologías del enfoscado o del aplacado antiguo, añade aislamiento por el exterior y elimina puentes térmicos. También renueva la imagen del edificio, algo que suele traducirse en mayor valor patrimonial. Para que el sistema funcione, el soporte debe verificarse en cuanto a resistencia para anclajes, se calculan acciones de viento y se comprueba cómo afectan los nuevos vuelos y remates a la línea de vida y al mantenimiento.
En España, el diseño y la ejecución se rigen por el Código Técnico de la Edificación. En ahorro de energía, el documento DB HE exige continuidad del aislamiento y control de puentes térmicos. En salubridad, el DB HS regula la protección frente a la humedad y la gestión de condensaciones y lluvia. En seguridad en caso de incendio, el DB SI establece clases de reacción al fuego de materiales, límites a la propagación por fachada y criterios de compartimentación de la cámara. En acciones de la edificación, el DB SE AE define las cargas de viento y orienta el dimensionado de fijaciones. Además, cada sistema debe disponer de marcado CE y de la documentación técnica correspondiente, y es obligatorio verificar la normativa autonómica y municipal vigente.
El SATE o ETICS adhiere el aislamiento al soporte y termina con mortero armado. Es más económico, ofrece gran rendimiento térmico y produce un acabado continuo, aunque admite menos juego formal y puede ser más sensible a impactos. La fachada ventilada combina aislamiento, cámara y revestimiento desacoplado, gestiona mejor la humedad, resiste mejor en el tiempo y facilita el recambio de piezas, con un coste inicial y una complejidad de detalle por lo general mayores.
La conservación es sencilla. Una inspección visual anual basta para revisar fijaciones, alineaciones, remates y rejillas. La limpieza se hace con agua a baja presión y detergente neutro cuando el material lo admite. Si alguna pieza sufre un golpe, se sustituye de forma local. Lo único innegociable es mantener libres las entradas y salidas de aire.
Es una fachada ventilada con caudal de aire moderado. La ventilación existe, pero se controla mediante juntas más cerradas o aberturas limitadas según el diseño.
Los fallos suelen concentrarse en tres frentes. Primero, ventilación insuficiente por obstrucciones o por una cámara interrumpida. Segundo, entradas de agua en puntos singulares debido a remates deficientes. Tercero, ruidos o vibraciones por placas demasiado flexibles o fijaciones mal resueltas. También aparecen corrosiones por incompatibilidad de metales y pérdidas de rendimiento si el aislamiento queda húmedo o discontinuo.
Sí, funcionan muy bien en vivienda unifamiliar y plurifamiliar. Mejoran el confort, reducen el mantenimiento del acabado y permiten una estética a medida. En vivienda se eligen con frecuencia sistemas ligeros que simplifican encuentros con cubierta y carpinterías.
En el uso habitual, sí. Fachada aireada es un término coloquial que se emplea como sinónimo de fachada ventilada. En documentación técnica y normativa se prefiere la denominación ventilada.