Aislamiento térmico de fachadas: comparativa completa 2025

Rehabilitar una fachada con buen aislamiento es una decisión que afecta al confort, al consumo energético y al valor del edificio durante décadas. En España, los sistemas más habituales —SATE, fachada ventilada, inyección en cámara y aislamiento interior— responden a necesidades distintas según clima, presupuesto y estado del soporte. En esta guía te contamos cuándo conviene cada uno, cómo se comportan los materiales y qué pide la normativa actual, con ejemplos y recursos de apoyo.

Qué opciones existen y cuándo elegir cada una

SATE (ETICS): la envolvente equilibrada

El SATE envuelve la fachada por el exterior con paneles aislantes y un acabado continuo. Al colocarse fuera, reduce puentes térmicos, mejora la inercia y no resta superficie útil. Requiere andamio y coordinación con la comunidad, pero ofrece una relación rendimiento/precio muy sólida y una estética controlada. Si quieres profundizar, hemos preparado una guía completa sobre fachadas SATE.

Fachada ventilada: durabilidad y control higrotérmico

La fachada ventilada incorpora una subestructura y una hoja exterior separada del aislante, creando una cámara por la que circula aire. Ese “efecto chimenea” ayuda a gestionar humedad y lluvia, algo clave en climas húmedos u orientaciones expuestas. Es robusta, versátil en acabados y la que mejor envejece, aunque exige mayor presupuesto y coordinación de gremios. Puedes ver más sobre sus ventajas y aplicaciones en nuestra página de fachadas ventiladas.

Inyección en cámara e interior

Cuando la fachada ya tiene cámara de aire, es posible insuflar aislamiento de forma rápida y poco invasiva. Es la opción más económica, aunque no resuelve puentes térmicos. En cambio, el aislamiento interior se emplea cuando no es posible actuar desde fuera, sacrificando superficie útil y exigiendo un diseño cuidadoso de encuentros para evitar condensaciones.

Soluciones temporales en medianeras

En algunos casos de rehabilitación, el poliuretano proyectado en medianeras puede mejorar el comportamiento térmico de forma transitoria hasta ejecutar una solución más completa.

Comparativa rápida

Cada sistema responde a un contexto distinto. Como referencia:

SistemaEficiencia térmicaDurabilidad estimadaComplejidad de obra¿Resta m² útiles?
SATEMuy alta>30 añosMediaNo
VentiladaMuy alta>40 añosAltaNo
Inyección en cámaraMedia15–20 añosBajaNo
InteriorMedia20–25 añosMedia
Poliuretano (med.)Baja/Media10–15 añosMuy bajaNo

Normativa y ayudas

El CTE DB-HE fija valores de transmitancia para fachadas que varían según la zona climática. En la práctica, con materiales habituales se necesitan entre 8 y 14 cm de aislamiento para cumplir. Además, los programas de rehabilitación energética vinculados a los fondos europeos Next Generation pueden cubrir entre un 40% y un 80% del coste si se logra la reducción de demanda exigida.

Casos reales y próximos pasos

En edificios de los años 70 en Madrid, un SATE de 10 cm ha permitido reducciones cercanas al 45% en demanda de calefacción, con amortización en menos de 10 años. En climas húmedos del noroeste, la ventilada con lana mineral ha mejorado el confort interior y minimizado problemas de condensaciones.

En Dreyser llevamos años aplicando estas soluciones en todo tipo de inmuebles. Puedes ver algunos de ellos en nuestros proyectos de fachadas y, si lo deseas, solicitar una auditoría de fachadas para que evaluemos el sistema más adecuado para tu edificio.