Envolventes arquitectónicas: su importancia en la construcción sostenible
Llevamos mucho tiempo haciendo hincapié en la importancia creciente de la construcción sostenible. Para continuar en esa línea, en esta ocasión, os queremos hablar de las envolventes arquitectónicas; qué son, qué tipos podemos encontrar y qué importancia tienen en la construcción y posterior mantenimiento de un edificio.
¿Qué son las envolventes arquitectónicas?
Antes que nada, para aquellos que no estén familiarizados con el concepto de envolvente arquitectónica, vamos a definirla brevemente. Una envolvente arquitectónica no es otra cosa que el elemento que recubre el edificio para protegerlo de factores externos y mejorar sus condiciones de habitabilidad para sus ocupantes. Como podrás intuir por la propia definición, la envolvente arquitectónica estará compuesta por uno u otros materiales en función del lugar en el que se encuentre el edificio, ya que las condiciones climatológicas a las que va a estar expuesto el edificio son un factor determinante en esta toma de decisión. No obstante, la protección del edificio frente a factores externos no es la única función de la envolvente, ya que hay determinados tipos de envolvente arquitectónica que suponen un importante ahorro energético para el edificio. Y es por esto, por lo que la llamada piel del edificio juega cada vez más un papel crucial en la construcción sostenible de la que tanto hablamos.
¿Cuáles son sus principales funciones?
Las principales funciones de una envolvente son, por tanto, las siguientes:
- Filtrar la luz solar para que no dañe el interior del edificio
- Controlar la temperatura, permitiendo el paso de calor climas fríos y reteniéndolo en el exterior del edificio en los climas más cálidos.
- Controlar y minimizar el impacto del viento en el edificio, así como de otros factores que puedan dañar la fachada como pueden ser lluvia, granizo, tormentas, etc.
- Dejar paso a la iluminación natural, que no sólo favorece al ahorro energético, sino que favorece el bienestar físico y mental de los ocupantes del edificio.
Tipos de envolventes arquitectónicas
Según el CTE (Código Técnico de la Edificación) las envolventes están compuestas por todos los cerramientos que limitan los espacios habitables y el ambiente exterior, ya sea aire, terreno u otro edificio, y por las particiones interiores que separan espacios habitables de los no habitables que también limiten con el exterior. Estos cerramientos de los que habla el código pueden diferenciarse en función de su verticalidad u horizontalidad, además de por su contacto con el terreno, el aire o con espacios no habitables. Los cerramientos más habituales son los siguientes:
- Cubiertas: son cerramientos superiores que están en contacto con el aire y cuya inclinación es menor de 60º.
- Suelos: son cerramientos inferiores en contacto, generalmente, con el terreno.
- Fachadas: son cerramientos exteriores en contacto con el aire y con una inclinación superior a los 60º, a diferencia de las cubiertas. Si te interesa saber cómo puede tu fachada ayudarte en ese cambio hacia la sostenibilidad, te recomendamos este blog de Dreyser.
- Ventanas y puertas: son también consideradas elementos verticales de la envolvente del edificio, que en función de las necesidades térmicas de éste serán de uno u otro material cuya conductividad térmica sea la ideal.
El aislamiento del edificio que se consigue gracias a la envolvente de la que venimos hablando es uno de los elementos clave dentro de la construcción sostenible, ya que gracias a una envolvente de calidad se consigue no sólo reducir en gran medida el consumo energético del edificio, sino además evitar (o reducir al mínimo) la contaminación derivada de la actividad de este. Se ha alcanzado tal nivel de construcción sostenible que en la actualidad, no sólo se construyen edificios que no contaminen, sino que son muchas las ciudades alrededor del mundo las que presumen de edificios con un impacto positivo en el medioambiente, por ejemplo, estando recubiertos por plantas que hacen de pequeño pulmón para la ciudad y sus habitantes. Y tú, ¿te unes a la revolución de la construcción sostenible? 😉
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