Regeneración de fachadas: un proceso para dar una nueva vida al envolvente
Con el paso del tiempo, los edificios se deterioran y envejecen debido a numerosos factores, lo que conlleva también el deterioro de sus fachadas y envolventes. Uno de los principales factores que son las condiciones meteorológicas – fuertes lluvias o viento – y la contaminación.
Este desgaste depende mucho de los materiales con los que se haya construido la fachada y del entorno, además de otros aspectos importantes como que se haya realizado un mantenimiento adecuado de la fachada a lo largo de los años.
Soluciones temporales e integrales
La limpieza y pintado de la fachada son soluciones temporales que a corto plazo son más económicas que la rehabilitación, pero a la larga acaban saliendo más caras, ya que a partir de cierto tiempo las fachadas sufren una degradación que se manifiesta en forma de grietas, humedades y desconches, siendo necesario entonces proceder a una regeneración de la fachada. Como vemos, antes o después, será necesario pasar por un proceso de regeneración de fachadas.
La regeneración o rehabilitación de una fachada consiste en llevar a cabo una actuación sobre los elementos que la componen mediante una serie de métodos (que dependerán del tipo de fachada de que se trate) con el objetivo de recuperar su estética y funcionalidad iniciales.
Regeneración de fachadas para mejorar la eficiencia energética
En la actualidad, la regeneración de las fachadas ha dejado de ser simplemente una cuestión estética o de mera conservación del edificio, para encargarse de otras cuestiones de igual o mayor importancia como el ahorro energético. A través de la aplicación de soluciones novedosas y sostenibles, se reduce el consumo energético favoreciendo la conservación del medio ambiente, el ahorro de recursos y minimizando el coste económico del edificio.
El proceso de regeneración de fachadas
El proceso de reparación de la fachada es diferente en función de los materiales que se hayan utilizado para su construcción. No obstante, antes de empezar la rehabilitación, hay que tener una serie de aspectos en cuenta, independientemente del tipo de fachada de que se trate.
- En primer lugar, se debe llevar a cabo una inspección de la fachada por parte de los expertos correspondientes para determinar en qué estado está la fachada y efectuar un diagnóstico que nos permita saber cuáles son los principales daños que hay que reparar y cuál de las alternativas de rehabilitación es la mejor para el caso concreto.
- Una vez hecha la inspección y con el diagnóstico de la fachada en mano, el segundo paso será realizar un presupuesto para el proyecto de regeneración para conocer con exactitud el coste económico que va a tener la rehabilitación de la fachada.
- Una vez tengamos el presupuesto claro y, por supuesto, sea asumible para la empresa, será el momento de comenzar con el proceso de rehabilitación, previa obtención de la licencia y el permiso de obra.
Como ya hemos mencionado, el proceso de regeneración será diferente en función de los materiales de los que se componga la fachada.
No es igual la rehabilitación de una fachada de vidrio que la de una fachada de metal o cristal, ya que cada uno de esos materiales tiene unas prestaciones diferentes y habrán sido elegidos en función de estas para cumplir diferentes funciones.
La regeneración de la fachada es la mejor solución a medio-largo plazo para fachadas que tengan un desgaste importante y que hayan perdido las condiciones de aislamiento que tenían cuando fueron construidos.
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